Los acordeonistas

El acordeón es un instrumento cuya primera presencia en nuestro país se conoce que tuvo lugar hacia 1840 pero su rápida implantación no se produjo hasta finales del siglo XIX.

Desde principios del siglo XX, y hasta hace pocos años, era costumbre en muchos pueblos de toda la geografía española contractar a un acordeonista para que, con su música popular, nos alegrara los bailes de los domingos, otras veces las fiestas patronales, los Mayos, y alguna otra verbena.

Los pioneros del acordeón lo tuvieron más complicado, algunos de ellos fueron completamente autodidactas que aprendieron el acordeón de oído, sin conocer el lenguaje musical o solfeo. Probablemente la pasión y el ánimo por tocar música, superaron en muchas ocasiones las barreras como la falta de profesores en un momento dado, o de posibles para poder pagar los estudios. A todo esto le tenemos que añadir que muchos de los jóvenes no vivían en el pueblo donde se podía acceder a este aprendizaje, así que tenían que trasladarse a diferentes localidades, con lo que esto suponía en gastos y tiempo para la familia. Esta circunstancia nos hace comprender aún más el mérito de los músicos de antaño y valorar su tan enorme esfuerzo.

Estos acordeonistas fueron unos hombres necesarios, queridos y admirados y no merecen caer en el olvido, sino muy por el contrario que sus nombres y vidas queden para siempre en archivos y bibliotecas.

Este pequeño resumen, las fotos y las biografías de los acordeonistas han sido tomadas del libro “250 Acordeonistas de Castilla-La Mancha”, es un ensayo monográfico sobre el acordeón de Ángel Luis Castaño que se complementa con las fichas biográficas de numerosos acordeonistas castellano-manchegos, recogidas por Julio Jiménez Gil.


Domingo Valero Tortajada, hijo de Candido Valero y de Rosario Tortejada, nació en Mira (Cuenca) el día 12 de Mayo del año 1903 y murió el 20 de enero de 1974.

De pequeño tubo muy buen oído gustándole mucho la música. Sería su abuelo quien le compraría su primer instrumento, una pequeña acordeón de botones. Con la ayuda de un familiar de Fuenterrobles que tocaba también el acordeón, fue descubriendo y aprendiendo a tocar aquel instrumento.

En los años 30 se compró por medio de un representante de Valencia un acordeón profesional de la marca italiana Scandalli, que por entonces era de lo mejor que había en el mercado. En esa misma época empezó a tocar por los pueblos limítrofes todos los domingos y festivos durantes bastante años. Los jóvenes de aquellos pueblos le venían a buscar en caballerías – el transporte de aquella época-  para llevarlo a él y su acordeón.

Sobre los años 40 vendió su acordeón, poniendo fin a varios años entreteniendo y amenizando las fiestas y celebraciones de la zona. Actualmente sus descendientes aun conservan aquella pequeña primera acordeón de botones con la cual Domingo se inició en el bonito mundo de la música.

Gregorio Pérez Palomares, hijo de Gregorio Pérez Luján y Amancia Palomares, nació el 9 de septiembre de 1912 en Mira y murió el 27 de junio del 2000.

Guillermo Alfaro Malabia, acordeonista de Minglanilla, solía amenizar las fiestas patronales de Mira, y de verle y escucharle le entró a Gregorio la afición por la música y por el acordeón. Estudió en Valencia y le ayudaron mucho sus hermanos.

Como casi todos, tocó primero en solitario, pero enseguida formó un dúo con Damián Pérez, que tocaba la guitarra. También formó parte de un conjunto de Valdemoro de la Sierra.

Tocó en Mira, Garaballa, Henarejos, Valdemoro de la Sierra, etc.

Tomás Valero Castellblanque, hijo de Tomás Valero Tortajada y Genoveva Castellblanque Navarro, nació el 28 de octubre de 1938 en Mira y murió el 1 de marzo de 1971.

La afición llega a Tomás de su padre, al que le gustaba mucho tocar el acordeón. A la edad de catorce o quince años comienza las clases de solfeo con la maestra del pueblo, que se llamaba Concha González Lahiguera y tenia buenos conocimientos musicales. La práctica del acordeón se debe a su interés, esfuerzo y constancia para aprender a tocar este instrumento.

Tomás Valero llegó a ser un personaje muy popular en el pueblo y participaba en todas las verbenas, mayos, jotas y fiestas patronales. Poco a poco fue cogiendo experiencia y formó un dúo con Manuel Ruiz, otro músico del pueblo que tocaba la batería. Juntos amenizaron bodas, bautizos, quintos, mayos y fiestas patronales de los pueblo de la comarca como Camporrobles, Villargordo, Víllora, Cardenete, etc. También llegaron a contratarlos en poblaciones de Valencia como Alcira y Gandía. Componía ritmos y canciones que después tocaba en público.

Trabajó con un acordeón de la marca Scandalli, que en el año 1956 le costó 40.000 pesetas.

Julián Sanglada Guillamón, hijo de Julián Sanglada Defez y Loreta Guillamón López, nació el 5 de marzo de 1941 en La Cañada de Mira.

Viendo sus padres la afición que tenía Julián por el acordeón y que con uno de botones muy pequeño que tenía en casa jugaba como si fuera un juguete, le enviaban todos los días en bicicleta, después de trabajar en el campo, a Comporrobles, pueblo que está a cinco kilómetros de La Cañada. Allí le daba clases un maestro de música, que se llamaba Tomás Escudero.

Años más tarde y con deseo de perfeccionar, se fue a Valencia y recibió clases de un gran acordeonista llamado Antonio Durá Martínez, fue una pena que no prestara más atención a estas clases, pero tenía que compaginarlas con atender al trabajo que le salía. No obstante, está satisfecho porque todo lo que ha hecho se lo debe a su afición, esfuerzo y constancia en el manejo de su acordeón.

Julián empezó en solitario, pero pronto se dio cuenta de que si quería hacer carrera en esta actividad musical tenía que rodearse de algún que otro compañero, y comenzó a contratar músicos de acompañamiento, que llegaban con su batería, saxo, trompeta, guitarra baja o guitarra rítmica.

Se ha movido por buena parte de los pueblos de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Toledo, Valencia, Teruel y Guadalajara. De esta última recuerda, especialmente, Peñalver, en el que a los treinta y cinco años de haber empezado a tocar allí le hicieron un homenaje el 26 de julio de 2008, recordándole los buenos ratos que todos pasaron con la Orquesta Los Kayser.

Julián Sanglada Guillamón perteneció al Sindicato Profesional de Músicos Españoles, miembro de la FIM, del que posee tarjeta profesional número 2.066, de fecha 30 de diciembre de 1978.

En el año 1955 le compraron en Musical Torres de Valencia su primer acordeón, uno de marca Excelsior, más tarde se compró otro de la misma marca. Las reparaciones siempre se las ha hecho Brígido Cerrillo, de Motilla del Palancar (Cuenca), gran artesano del acordeón.


BIBLIOGRAFÍA:

- 250 Acordeonistas de Castilla-La Mancha. Julio Jiménez Gil- Ángel Luis Castaño.

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