Desde 1465, las tierras de Requena, a las cuales pertenecía Mira, estuvieron bajo el poder de Álvaro de Mendoza, conde de Castrojeriz.
Tras la batalla de Olmedo de 1467, la esposa del rey Enrique IV y su hija, Juana la Beltraneja, se hallaban en poder de Diego Hurtado de Mendoza, marqués de Santillana. Para su liberación, el marqués pide al rey un recate bastante alto, obtener el Infantado de Guadalajara, que por aquel entonce pertenecía al marqués de Villena. Este por su parte no está por la labor de desprenderse del Infantado fácilmente, y también pide un precio bastante alto: la entrega de las tierras de Requena (Mira incluida).
El desdichado monarca para recuperar a su mujer e hija tuvo así que enfrentarse a una serie de complicados acuerdos: primero tratar de pactar la entrega de las tierras de Requena con Álvaro de Mendoza, para dárselas después a Villena a fin de que éste, a su vez, le cediese las villas del infantado que el marqués de Santillana le pedía.
La operación se inició el 6 de septiembre de 1470, cuando Álvaro de Mendoza entrega las villas de Requena y Mira a Enrique IV. Unos día más tarde, el 27 de septiembre, el II marqués de Villena cambiaba con el monarca las villas del Infantado por las de Requena. Más tarde Enrique IV, entregaba las villas del Infantado al Marqués de Santillana.
El poder del marqués de Villena sobre Requena y Mira se extendería hasta 1476, momento que los Reyes Católicos las recuperan de nuevo para la corona.
BIBLIOGRAFÍA:
- "Entre la Derrota y la Esperanza: Don Diego López Pacheco, Marqués de Villena" de Alfonso Franco Silva
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