La Guardia Civil


Al finalizar la Guerra de la Independencia contra Francia en 1814, la debilidad del Estado hizo que la inseguridad se apoderase de los caminos españoles. En la guerra se había utilizado como método de lucha la guerrilla, lo que provocó que, acabadas las hostilidades, quedasen diseminados por las zonas más agrestes de la península grupos de excombatientes o brigantes, desertores y delincuentes liberados que, inadaptados a la vida civil, hicieron del bandolerismo su forma de vida.

La gravedad del fenómeno hizo que se intentase establecer un cuerpo de policía de ámbito nacional que velase por la seguridad pública, pero no sería hasta 1844 cuando se produce la creación oficial de la Guardia Civil.

La expansión del cuerpo fue una evolución en círculos concéntricos, a través de pasos que abarcaron sucesivamente el ámbito regional, provincial, de partido y finalmente el municipal. En un inicio se establecieron 14 tercios siguiendo las 14 capitanías generales regionales. En una segunda etapa se fue estructurando la fuerza sobre la base de una compañía por provincia. En una tercera, la expansión se llevó acabo sobre los partidos judiciales, para finalmente llegar al nivel municipal [1].

En el municipio de Mira, no se sabe con exactitud cuándo se estableció. La primera noticia se obtiene de la prensa nacional durante la Segunda Guerra Carlista. En 1847, el periódico La Esperanza, informó que por precaución se reforzaron los puestos de la Guardia Civil de La Motilla, Mira, Tragacete, Cañete y Beteta, como una especie de línea avanzada para cubrir las avenidas más sospechosas y tener más concentrada la fuerza para evitar sorpresas. Posteriormente, no sería hasta finales del siglo XIX cuando volvemos a tener noticias [2]. En 1889, el comandante del puesto de la guardia civil de Mira, dio muerte a un criminal llamado Domingo Hernández en el término de Talayuelas [3], y cinco años después, en 1894, la Guardia Civil de Mira cruzó varios disparos con un grupo de criminales, resultando herido un guardia civil en el ojo derecho [4].

Los primeros documentos oficiales que hemos podido encontrar son bastante tardíos, de 1917, cuando en el pleno del ayuntamiento del día 6 de Mayo de mismo año, presidido por el teniente alcalde Luis de Fuentes Navarro, se aceptó el acuerdo de proporcionar acuartelamiento gratuito a la fuerza de la Guardia Civil para el puesto de Mira. Como en ese momento el ayuntamiento todavía no disponía de ningún edificio en propiedad adecuado, se tuvo que alquilar al precio de 300 pesetas anuales el edificio de la calle Calicanto número 10, en propiedad de Toribio Pedrón López, para que lo ocupara la guardia civil [5].  Este dato crea cierta confusión, pues no concuerda con la memoria de las personas mayores, quienes sitúan el antiguo cuartel en el edificio de la calle Calicanto número 8, es decir, justo al lado. Esto puede ser porque con anterioridad al acuerdo de 1917,  hubo un cuartel en el número 8, o bien porque en aquella época el número 10 correspondía al 8 actual.


Casa de la calle Calicanto número 8 que la gente mayor recuerda como la antigua casa cuartel.

A los pocos meses después del acuerdo de 1917, el ayuntamiento aprueba adquirir mediante compra unos terrenos en el paraje de la Serna. Dos años después, en 1919, el ayuntamiento firmar un acuerdo con el jefe de la Guardia Civil de Minglanilla, donde se acuerda proporcionar acuartelamiento gratuito a la fuerza de la Guardia Civil de Mira en un edificio de nueva construcción, de propiedad de la corporación ubicado en el paraje de la serna (donde está ubicado el cuartel en la actualidad) [5]. No sería hasta 1920, cuando finalmente el nuevo cuartel de Guardia Civil quedó inaugurado.

El edificio fue diseñado de forma cuadrangular y con un patio interior centralizado. Contaba con una oficina, un calabozo y varias viviendas para los guardias. Anexo al mismo, había un espacio solo techado en una de sus partes a modo de porche, que podía guardar hasta 9 caballos.

Fotografía del cartel de la Guardia Civil en 1920.

La dotación de efectivos destinados en el nuevo cuartel fue de cinco: un cabo, un guardia de primera y tres guardias de segunda [6].

En 1933, durante los conflictos de una huelga general anarcosindicalista, volvemos a tener noticias de la guardia civil de Mira gracias a varios diarios nacionales. Sería el 12 de Enero, cuando los disturbios llegaron a Mira al declararse esa misma mañana una huelga general en el pueblo. Según la crónica del diario La Libertad, todo empezó cuando un grupo de huelguista se dirigió a las obras del ferrocarril Cuenca-Utiel, con el objetivo de forzar a los obreros para que abandonasen el trabajo. Algunos se opusieron a ello, produciéndose por este motivo algunos altercados entre ellos. Por fin, al mediodía, consiguieron los manifestantes sus propósitos, y en actitud levantisca volvieron al pueblo. Antes de llegar, les salió al paso la Guardia Civil de Mira, que preguntó a los huelguistas que querían, respondieron estos con una agresión a los guardias, que recibieron una pedrada y varios disparos, resultando dos guardias heridos levemente. Las fuerzas del orden replicaron, hiriendo a dos manifestantes levemente y a uno con extrema gravedad [7].

Con el inicio de la guerra civil, el cuerpo continuó existiendo en el bando nacional, mientras que en el republicano se le cambió su denominación por el de Guardia Nacional Republicana, para poco después desaparecer al ser absorbido por un nuevo cuerpo de seguridad pública, que unificó diversas instituciones de carácter policial. No tenemos datos de la evolución de este cuerpo en Mira durante este periodo.

Pocos años después del término de la guerra civil, en la serranía conquense aparece con fuerza el fenómeno del “Maquis”. En 1944 fracasa el intento de invadir España por el Valle de Arán por la Agrupación Guerrillera Española, y a partir de 1945, el partido comunista de España cambia de táctica, dedicándose a introducir en España células de resistencia armada. En este contexto aparece la A.G.L.A., Agrupación Guerrillera de levante y Aragón, que llegó a extender su radio de acción por la provincia de Cuenca y alguna zona de Guadalajara. El campamento guerrillero del “Morro del Gorrino” en Salvacañete, fue uno de los focos de mayor actividad en la zona.

El peso de la lucha contra el maquis recayó principalmente sobre la Guardia Civil. El Gobierno preocupado por el fenómeno, amplió el número de puestos especialmente en las zonas afectadas. En la demarcación de Mira se crearon los destacamentos de la Cañada de Mira, Fuencaliente, Rento del Buitre y la del Puente de Enguídanos [8].

A finales de 1946, se estableció un campamento de guerrilleros en el paraje de la fuente Olmadilla, en el término de La Pesquera. Parece ser que fue la Guardia Civil de Mira quien dio con el lugar, para rápidamente organizar un asalto al campamento con unos 30 hombres. En la operación murieron nueve guerrilleros. Por parte de la guardia civil hubo varios heridos, entre los que figuraban un teniente y un sargento. Posiblemente como consecuencia de este hecho, en los primero días de febrero de 1947, varios guerrilleros se presentaron en la casa forestal del paraje del Pozo la Llave, en el término de Mira, dando muerte mediante ahorcamiento al Guardia Civil Dionisio Alcarria Ruiz [9].

Ruinas de la casa forestal del Pozo la Llave.

No sería hasta finales de los 40,  cuando el fenómeno del maquis en la zona desaparecería por completo, dejando en la memoria colectiva recuerdos de años muy duros.

En 1959 se produce el Plan de Estabilización económica y una cierta apertura del régimen que irá seguida de un gran desarrollo económico. En este mismo año, dado el aumento del tráfico rodado que se produce como consecuencia del crecimiento económico, se encomienda a la Guardia Civil la vigilancia del tráfico y del transporte por carretera. Se crea la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil que constituye un punto de inflexión en el proceso de la modernización del Cuerpo.

A partir de los años 60 se fueron cerrando progresivamente muchos cuarteles en la provincia de Cuenca, como el cuartel de Salvacañete en 1968, hasta llegar a la actualidad, donde quedan 49 casas cuartel en toda la provincia, entre ellos y esperemos que para mucho tiempo, el de Mira.

BIBLIOGRAFÍA:
[1] Francisco Aguado Sánchez, Historia de la guardia civil.
[2] La Esperanza, 22 03 1847.
[3] La República, 08 11 1889.
[4] El Imparcial, 23 06 1894.
[5] Archivo histórico de la Guardia Civil.
[6] Historia de la Villa de Mira.
[7] Gaceta, 25 01 1933.
[8] Marín Mariano López, Historia de Salvacañete.
[9] Francisco Aguado Sanchez, El maquis en España.