Mireños por el mundo

La Mira conquense no es la única de este planeta, si realizamos una pequeña búsqueda por Internet veremos que hay varias poblaciones en el mundo con el mismo nombre. Veamos cuales son:

Mira, la portuguesa
En el distrito de Coimbra, limitando al norte con el municipio de Vagos, al este y al sur con Cantanhede y al oeste con el litoral del océano Atlántico, encontramos a la bonita población de Mira. Curioso es mencionar las teorías que tienen de su nombre. Por un lado comentan que Mira es una corrupción de la palabra árabe mir o emir, que significa señor, jefe o príncipe. Pero hay algunos historiadores que aceptan la idea de que los musulmanes, dándole ese nombre, quisieron distinguir por su belleza, ubicación y clima suave, llamándola Tierra del Señor.

Mira, la ecuatoriana
Esta población está ubicada al suroeste de la provincia del Carchi, asentado en un mirador natural conocido como “Balcón de los Andes”. De su pasado colonial tienen la tradición de realizar las fiestas de los "novillos de bomba”, nombre que nosotros conocemos como “el toro embolado”.

Mira, la turca
Myra (a veces escrito Mira) es una antigua ciudad Licia, situada a 1.5 km al norte de la actual ciudad de Demre, en la provincia de Antalya. Uno de los datos más conocidos, es que en esta ciudad nació el obispo San Nicolás de Mira, más comúnmente conocido por Santa Claus en Navidad

Mira, la italiana
Mira es una ciudad italiana de 38.865 habitantes de la provincia de Venecia. Algunos sostienen que el nombre deriva de una torre (en latín, precisamente el objetivo), que sirvió para la defensa. Otra hipótesis, nos comenta que quizás se tomó en referencia a la patria del patrón de San Nicolás de Mira.
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Mira, la rusa
Mira (en ruso: Мира), es una aldea está situada en la región entre las llanuras de Kubán-Priazov y las estribaciones septentrionales del Cáucaso, cerca de la frontera con Georgia.


 Mira, la argelina
El pueblo argelino de Mira se encuentra en las alturas de la tierra de la tribu ancestral Ait Djennad. Su origen no está claro, aunque hay una curiosa hipótesis que mantiene que tendría su origen cuando la ciudad de Bugía, fue conquistada e incorporada al imperio Español en 1510. Entonces Mira sería creada por los españoles como atalaya defensiva para visionar las costas y también los relieves del sistema montañoso de Djurdjuran.


BIBLIOGRAFÍA:
- Wikipedia.

Los emprendedores mireños de finales del siglo XIX

Ejemplo de un recibo de la contribución industrial

Cumpliendo el artículo 114 del reglamento dictado por el Ministerio de Hacienda, en 1893 se llevó a cabo la administración y cobranza de la contribución industrial en la provincia de Cuenca. Gracias a la documentación que ha llegado hasta nuestros días, podemos conocer lo siguiente: las actividades profesionales, el nombre de los contribuyentes, el domicilio y las cuotas que en aquella época se daba en la población de Mira.





BIBLIOGRAFÍA:

- Boletín Oficial de la provincia de Cuenca.

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El crimen de Cuenca


El Crimen de Cuenca consistió en una serie de errores judiciales y policiales con tortura y penas de prisión para los acusados. Ocurrió entre las localidades de Tresjuncos y Osa de la Vega, en la provincia de Cuenca, España, en el año 1910. El municipio de Mira, como veremos más adelante, también se vería involucrado en este asunto.

José María Grimaldos López, un joven pastor de 28 años apodado El Cepa, (al parecer por su baja estatura y pobre entendimiento) que trabajaba en la finca de Francisco Antonio Ruiz, era objeto de continuas burlas por parte de León Sanchez, mayoral de la finca y también por el guarda Gregorio Valero. El 20 de agosto de 1910, José María vendió unas ovejas de su propiedad y desapareció. Posteriormente se averiguó que fue a tomar unos baños a La Celadilla, laguna en cuyas aguas y barros, con los que se embadurnan los bañistas, se cree que poseen propiedades curativas ("Baños medicinales La Celadilla"), y que se encuentra situada en el término municipal de El Pedernoso a unos 4 km de la población.

Después de varias semanas desde su desaparición, comenzaron a correr rumores por los alrededores del pueblo de Tresjuncos sobre el posible asesinato de José para robarle el dinero que había obtenido por la venta de las ovejas. Al tener conocimiento los familiares de las burlas que José María recibía, puesto que él mismo las comentaba continuamente cuando estaba en casa, decidieron presentar denuncia de la desaparición en el juzgado de Belmonte, acusando a León y a Gregorio de ser los presuntos asesinos del supuesto crimen, por lo que fueron apresados para ser presentados a juicio. En el mes de septiembre de 1911 la causa fue sobreseida, luego de interrogar a los detenidos, se instruyó el sumario y por falta de pruebas el juez puso a los acusados en libertad.


Al cabo de un par de años, en 1913, por insistencia de los familiares de Grimaldos se reabre el caso. La familia de José María vuelve a denunciar coincidiendo con la llegada del nuevo juez, Emilio Isasa Echenique. Nuevamente se vuelve a cursar orden de detención a los mismos sospechosos iniciándose así un largo proceso de calvario para éstos.

La policía comenzó a torturar y maltratar a los detenidos a fin de conseguir las confesiones de los inculpados de la muerte de José María como responsables del crimen y conseguir también averiguar qué habían hecho con el cadáver del desaparecido. Así transcurre hasta que el 11 de noviembre de 1913 y por orden del juez de Belmonte, el juez de Osa de la Vega levanta acta de defunción haciendo constar que, José María Grimaldos López, natural de Tresjuncos, falleció el 21 de agosto de 1910 a las 8.30 o las 9.00 de la noche a consecuencia de haber sido asesinado por Gregorio Valero y León Sánchez. El acta recoge la anotación marginal: No ha podido ser identificado el cadáver por no haber sido hallado.

En 1918 después de llevar 4 años y medio encarcelados, comienza el juicio contra los inculpados con un sumario plagado de contradicciones y diligencias sin esclarecer, el juicio termina condenando a los acusados a 18 años de cárcel por sentencia de la Audiencia Provincial.

El tribunal que condenó a los acusados apenas deliberó durante treinta minutos, y los doce miembros que componían el jurado los consideró culpables de la muerte de José María. La labor de la defensa consistió en limitarse a evitar la pena capital, el garrote vil aún vigente en esos días. Gregorio cumplió condena en el penal de San Miguel de los Reyes en Valencia, mientras que León la cumplió en la prisión de Cartagena.

El 4 de julio de 1925 y como consecuencia de dos decretos de indulto, salen de la cárcel recuperando la libertad tras haber cumplido 12 años y dos meses de condena.

El 8 de febrero de 1926 el cura de Tresjuncos recibe correo del cura del municipio de Mira que le envía una carta en la que solicita la partida de bautismo de José María Grimaldos a fin de celebrar el matrimonio de éste con la mireña Cristina Ferrer. El cura de Tresjuncos, sin salir de su estupor ante semejante noticia, decide no responder al párroco de Mira. Mientras tanto pasa el tiempo y José María Grimaldos impaciente por que su partida de nacimiento no llega, decide partir hacia Tresjuncos y se presenta sin más en el pueblo. La gente del pueblo al ver a José María no dan crédito y todo el pueblo y sus alrededores se conmueve ante la noticia, entonces, el juez de Belmonte interviene y ordena detener al llamado José María Grimaldos. En las siguientes horas, la noticia llega a la prensa y a la opinión pública y alcanza enorme trascendencia.

La carta del cura párroco de Mira, Don Feliciano Montero, decía así, "Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, Mira, Cuenca 08-02-1926. Señor Don Pedro Rufo Martínez Enciso. Mi estimado compañero, te ruego me envíes la partida de José María Grimaldos López, nacido en esa parroquia del 1882 al 1883, el 02 de Febrero, hijo de Anselmo Grimaldos Delgado y Juana López Gómez, como así mismo la partida de defunción de esta última, su madre, fallecida, después que su marido, hace unos doce años, según manifestación del interesado. Si no hubiese exactitud en estas indicaciones, tiene ahí una hermana, Maria Santos, que podría confirmar si fuera necesario, con más precisión. Puedes consignar derechos que haré porque sean efectivas, aunque para esta parroquia en el expediente que se tramita de matrimonio no los haya. Tiene mucho gusto en saludarte, y esperando le mandes, se ofrece tuyo afectísimo en cristo Jesús. Feliciano Montero".

Tras la indiscutible identificación de Grimaldos, el Ministro de Gracia y Justicia ordena la revisión de la causa y manda al fiscal del Tribunal Supremo interponer recurso de revisión contra la sentencia de la audiencia de Cuenca. En dicha orden se anota que, "hay fundamentos suficientes para estimar que la confesión de los reos Valero y Sánchez, base esencial de sus condenas, fue arrancada mediante violencia continua inusitada". La sentencia publicada por el Tribunal Supremo, declara nula la resolución dictada en Cuenca en 1918 estableciendo así la inocencia de Sánchez y Valero, al mismo tiempo, establece la nulidad en el acta de defunción de José María Grimaldos, y determina, las indemnizaciones correspondientes que el Estado debe abonar a los presos en estos casos. Sánchez y Valero acabaron sus días en Madrid, lejos de su pueblo y de las gentes que los habían condenado, ahí se les ofreció un trabajo de guarda jurado al servicio del Ayuntamiento.

Sobre estos hechos auténticos, el escritor Ramón J. Sender, escribe la novela El lugar de un hombre (1939) y la realizadora Pilar Miró realiza una película en 1979 titulada El crimen de Cuenca con guión de Salvador Maldonado quien también narra los hechos en un libro publicado con el mismo título por la editorial Argos Vergara. La película es un fuerte alegato contra la tortura y se sobreentiende que el crimen al que se refiere el título, es el cometido por la Guardia Civil al torturar a los sospechosos.


BIBLIOGRAFÍA:

- Wikipedia - El Crimen de Cuenca

Los acordeonistas

El acordeón es un instrumento cuya primera presencia en nuestro país se conoce que tuvo lugar hacia 1840 pero su rápida implantación no se produjo hasta finales del siglo XIX.

Desde principios del siglo XX, y hasta hace pocos años, era costumbre en muchos pueblos de toda la geografía española contractar a un acordeonista para que, con su música popular, nos alegrara los bailes de los domingos, otras veces las fiestas patronales, los Mayos, y alguna otra verbena.

Los pioneros del acordeón lo tuvieron más complicado, algunos de ellos fueron completamente autodidactas que aprendieron el acordeón de oído, sin conocer el lenguaje musical o solfeo. Probablemente la pasión y el ánimo por tocar música, superaron en muchas ocasiones las barreras como la falta de profesores en un momento dado, o de posibles para poder pagar los estudios. A todo esto le tenemos que añadir que muchos de los jóvenes no vivían en el pueblo donde se podía acceder a este aprendizaje, así que tenían que trasladarse a diferentes localidades, con lo que esto suponía en gastos y tiempo para la familia. Esta circunstancia nos hace comprender aún más el mérito de los músicos de antaño y valorar su tan enorme esfuerzo.

Estos acordeonistas fueron unos hombres necesarios, queridos y admirados y no merecen caer en el olvido, sino muy por el contrario que sus nombres y vidas queden para siempre en archivos y bibliotecas.

Este pequeño resumen, las fotos y las biografías de los acordeonistas han sido tomadas del libro “250 Acordeonistas de Castilla-La Mancha”, es un ensayo monográfico sobre el acordeón de Ángel Luis Castaño que se complementa con las fichas biográficas de numerosos acordeonistas castellano-manchegos, recogidas por Julio Jiménez Gil.


Domingo Valero Tortajada, hijo de Candido Valero y de Rosario Tortejada, nació en Mira (Cuenca) el día 12 de Mayo del año 1903 y murió el 20 de enero de 1974.

De pequeño tubo muy buen oído gustándole mucho la música. Sería su abuelo quien le compraría su primer instrumento, una pequeña acordeón de botones. Con la ayuda de un familiar de Fuenterrobles que tocaba también el acordeón, fue descubriendo y aprendiendo a tocar aquel instrumento.

En los años 30 se compró por medio de un representante de Valencia un acordeón profesional de la marca italiana Scandalli, que por entonces era de lo mejor que había en el mercado. En esa misma época empezó a tocar por los pueblos limítrofes todos los domingos y festivos durantes bastante años. Los jóvenes de aquellos pueblos le venían a buscar en caballerías – el transporte de aquella época-  para llevarlo a él y su acordeón.

Sobre los años 40 vendió su acordeón, poniendo fin a varios años entreteniendo y amenizando las fiestas y celebraciones de la zona. Actualmente sus descendientes aun conservan aquella pequeña primera acordeón de botones con la cual Domingo se inició en el bonito mundo de la música.

Gregorio Pérez Palomares, hijo de Gregorio Pérez Luján y Amancia Palomares, nació el 9 de septiembre de 1912 en Mira y murió el 27 de junio del 2000.

Guillermo Alfaro Malabia, acordeonista de Minglanilla, solía amenizar las fiestas patronales de Mira, y de verle y escucharle le entró a Gregorio la afición por la música y por el acordeón. Estudió en Valencia y le ayudaron mucho sus hermanos.

Como casi todos, tocó primero en solitario, pero enseguida formó un dúo con Damián Pérez, que tocaba la guitarra. También formó parte de un conjunto de Valdemoro de la Sierra.

Tocó en Mira, Garaballa, Henarejos, Valdemoro de la Sierra, etc.

Tomás Valero Castellblanque, hijo de Tomás Valero Tortajada y Genoveva Castellblanque Navarro, nació el 28 de octubre de 1938 en Mira y murió el 1 de marzo de 1971.

La afición llega a Tomás de su padre, al que le gustaba mucho tocar el acordeón. A la edad de catorce o quince años comienza las clases de solfeo con la maestra del pueblo, que se llamaba Concha González Lahiguera y tenia buenos conocimientos musicales. La práctica del acordeón se debe a su interés, esfuerzo y constancia para aprender a tocar este instrumento.

Tomás Valero llegó a ser un personaje muy popular en el pueblo y participaba en todas las verbenas, mayos, jotas y fiestas patronales. Poco a poco fue cogiendo experiencia y formó un dúo con Manuel Ruiz, otro músico del pueblo que tocaba la batería. Juntos amenizaron bodas, bautizos, quintos, mayos y fiestas patronales de los pueblo de la comarca como Camporrobles, Villargordo, Víllora, Cardenete, etc. También llegaron a contratarlos en poblaciones de Valencia como Alcira y Gandía. Componía ritmos y canciones que después tocaba en público.

Trabajó con un acordeón de la marca Scandalli, que en el año 1956 le costó 40.000 pesetas.

Julián Sanglada Guillamón, hijo de Julián Sanglada Defez y Loreta Guillamón López, nació el 5 de marzo de 1941 en La Cañada de Mira.

Viendo sus padres la afición que tenía Julián por el acordeón y que con uno de botones muy pequeño que tenía en casa jugaba como si fuera un juguete, le enviaban todos los días en bicicleta, después de trabajar en el campo, a Comporrobles, pueblo que está a cinco kilómetros de La Cañada. Allí le daba clases un maestro de música, que se llamaba Tomás Escudero.

Años más tarde y con deseo de perfeccionar, se fue a Valencia y recibió clases de un gran acordeonista llamado Antonio Durá Martínez, fue una pena que no prestara más atención a estas clases, pero tenía que compaginarlas con atender al trabajo que le salía. No obstante, está satisfecho porque todo lo que ha hecho se lo debe a su afición, esfuerzo y constancia en el manejo de su acordeón.

Julián empezó en solitario, pero pronto se dio cuenta de que si quería hacer carrera en esta actividad musical tenía que rodearse de algún que otro compañero, y comenzó a contratar músicos de acompañamiento, que llegaban con su batería, saxo, trompeta, guitarra baja o guitarra rítmica.

Se ha movido por buena parte de los pueblos de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Toledo, Valencia, Teruel y Guadalajara. De esta última recuerda, especialmente, Peñalver, en el que a los treinta y cinco años de haber empezado a tocar allí le hicieron un homenaje el 26 de julio de 2008, recordándole los buenos ratos que todos pasaron con la Orquesta Los Kayser.

Julián Sanglada Guillamón perteneció al Sindicato Profesional de Músicos Españoles, miembro de la FIM, del que posee tarjeta profesional número 2.066, de fecha 30 de diciembre de 1978.

En el año 1955 le compraron en Musical Torres de Valencia su primer acordeón, uno de marca Excelsior, más tarde se compró otro de la misma marca. Las reparaciones siempre se las ha hecho Brígido Cerrillo, de Motilla del Palancar (Cuenca), gran artesano del acordeón.


BIBLIOGRAFÍA:

- 250 Acordeonistas de Castilla-La Mancha. Julio Jiménez Gil- Ángel Luis Castaño.

La calle del Toril


El nombre de la calle del Toril tiene su origen en las fiestas taurinas. Si nos remontamos bastantes años atrás, antes de construirse la actual plaza de toros, en la villa de Mira se realizaban las fiestas taurinas en la plaza de la constitución, donde con la ayuda de carros y otros materiales se creaba una arena central. Un elemento necesario en estos actos, era el toril, lugar donde se encerraba al toro durante los días de fiesta. Por su localización y características, la calle que conocemos actualmente con el mismo nombre, era la elegida para tales menesteres.


.BIBLIOGRAFÍA:

- Wikipedia.


La Cañada de Mira


La aldea de La Cañada de Mira se encuentra a 7 kilómetros de la población de Mira. Según el  Diccionario de la Real Academia Española, una cañada puede ser un espacio de tierra entre dos alturas poco distantes entre sí, o una vía para los ganados trashumantes, que debía tener 90 varas de ancho. Personalmente pienso que la aldea recibe su nombre de la primera definición.

La referencia histórica más antigua que he podido encontrar, la obtenemos de la vigésima segunda pregunta del catastro de Ensenada de 1753, donde nos informa que en la partida de La Cañada, existían veinte y dos casas de campo, y que solo las habitaban sus dueños en tiempo de barbecheras, sementeras y recolección de frutos.  



En el siglo XIX hay muy poca información al respecto, nos tenemos que ir hasta 1910, donde el Nomenclátor de las villas de España nos informa la existencia de 26 casas y de 75 habitantes en La cañada.


BIBLIOGRAFÍA:

Catastro Ensenada 1753. Archivo General de Simancas.

- Nomenclátor de las Villas de España 1910


La fabrica de aguardientes de Mira


Aguardiente es el genérico de bebidas alcohólicas destiladas, de entre 29 y 40 grados, aunque pueden pasar los 70 grados que pueden ser bebidos, ya sea puros, añejados, aromatizados o mezclados. Se obtienen por destilación del vino o de determinados cereales, frutas o semillas, como centeno, cebada, bayas de enebro, cereza, uvas y el anís, entre otras. El nombre deriva del latín aqua ardens, término con el que se llamaba al alcohol obtenido por destilación.

La destilación como tantas otras técnicas de uso en la química convencional, debe su descubrimiento a los alquimistas.

Los orígenes de la alquimia pueden rastrearse en Grecia hacia el año 300 antes de Cristo, recogiendo aportaciones egipcias y babilónicas. Su mayor esplendor en la antigüedad parece haberse alcanzado en Alejandría entre los años 200-300 después de Cristo, siendo posiblemente en esta época cuando se inventa el alambique, que algunos historiadores atribuyen a María la Judía, Zósimo de Panópolis y su hermana Theosebeia.

Hay pruebas documentales de que los trabajos de estos alquimistas llegaron a los árabes y los aparatos que utilizaban para la destilación son descritos por Marco Graco en el siglo VIII, en el que puede considerarse el primer documento histórico sobre la destilación de vinos, aunque no indica nada sobre las características del destilado obtenido.

Los árabes recopilaron los conocimientos de los alquimistas existentes hasta la época en el llamado "Libro de Crates". Pero será la obra de Gerber (posible seudónimo de un grupo de alquimistas árabes), publicada hacia el año 850, y que fue traducida al latín con el título "De Summa Perfectionis", la que llevará a Europa el pensamiento y los métodos de la química.

En Europa la figura de Taddeo Alderotti, junto con Arnau de Vilanova fueron los primeros que se ocuparon de la destilación del vino para la obtención del aguardiente simple y compuesto. Se puede afirmar con un alto grado de seguridad que sus obras inspiraron cuantos médicos posteriores se ocuparon del tema a los largo de los siglos XIV y XV.

Hay que tener en cuenta que este alcohol tan primitivo no era apto para el consumo humano sino como aplicación médica.

Por aquel tiempo no se podían distinguir los alcoholes primarios, de los secundarios y terciarios, así que pasó cierto tiempo hasta que, de forma empírica, comprobaron que los primeros vasos que salían eran perniciosos, así como los últimos (debieron dejar ciegos a medio pueblo), lo que hoy llamamos cabezas y colas de la destilación y que contienen substancias tóxicas extremadamente peligrosas, desde metanol, hasta metales pesados.

Hasta finales del siglo XVIII, cuando el científico alemán Daniel Gabriel Fahrenheit (1686-1736) inventó el primer termómetro, no se podía cuantificar la cantidad de temperatura, por lo que hasta el siglo XIX, las destilaciones se hacían de forma empírica, casi era un oficio esotérico, porque una mala praxis, podía matar o dejar ciega a toda una población.


La fabrica de Aguardientes de Mira
Por los recibos de la contribución industrial de 1893, sabemos que en Mira había una fábrica de aguardientes y que su propietario era Camilo Domínguez. Posiblemente la fábrica estuviera en la calle Lorza 8, lugar donde estaba domiciliado su propietario. En 1911 el negocio seguía activo.


BIBLIOGRAFÍA:

- "Tierra de la provincia y obispado de Cuenca" Don Braulio Marcos Huerta.
- Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración de España.

La plaza del Pósito


En Mira hay una plaza llamada la del pósito. Para entender su significado y origen debemos remontarnos varios siglos atrás.

Los positos en su genuino carácter eran graneros, especialmente de trigo, con el objeto de abastecer de pan al público, especialmente en las épocas de carestía y de prestar grano a los labradores, tanto para la siembra como para el consumo en los meses de mayor escasez, librándolos así de caer en las manos de la usura.
Con el préstamo, el pequeño labrador podía suplir las carencias de una mala cosecha o la compra de todo lo necesario para la próxima, o bien la compra de nuevas tierras o el sanear las rentas.

Felipe II en una pragmática de 15 de Mayo de 1584 estableció la primera reglamentación oficial de estos establecimientos, disponiendo que su dinero se guardase en un arca con tres llaves y el trigo en un depósito con dos llaves.

En 1792 existían en España 5249 positos municipales, a partir de esa fecha se reitera lo de las tres llaves para el dinero y se exigen también tres llaves para el depósito de grano, llaves que debían estar en poder del Alcalde, de un Regidor y del Depositario.

Siempre ha existido la picaresca y en este caso era bastante común el que algunos ganasen la voluntad de los interventores para sacar cantidades de grano con que negociar, por cuenta propia o ajena; otros, ponían en juego malas artes o la intriga hasta conseguir su entrada en el Ayuntamiento y el manejo de los caudales del posito durante el tiempo de su mandato y así repartir los granos y prestamos entre familiares, amigos y compradores, sin acordarse de los pobres que carecían de semillas para continuar sus labores y de dinero para comprarlas.

Gracias al catastro de Ensenada de 1753, sabemos que en Mira había un pósito, y que Francisco Navarro era el responsable de su caudal. Conocer su localización es fácil, en algún lugar de la actual plaza del mismo nombre, seguramente en el mismo ayuntamiento.


BIBLIOGRAFÍA:

- Catastro Ensenada 1753. Archivo General de Simancas

- Wikipedia.org - Pósito


    Los organeros de Mira


    Un organero es una persona encargada de la construcción, la afinación, la reparación y la conservación de los órganos.

    En el siglo XVIII, en Mira hubo un linaje de maestros organeros que realizaron importantes trabajos. Hablamos de los hermanos José y Jaime de Fuentes, que a su vez eran hijos de otro importante maestro organero, Jaime Fuentes, quien trabajó junto con Julián de la Orden en el órgano de la Catedral de Cuenca en 1702-1703.

    Algunos trabajos realizados por la saga de los de Fuentes son:
    • Varios trabajos en el órgano de la iglesia de San Esteban de Albares 
    • Órgano de Villafranca de los Caballeros.
    • Trabajos de renovación del órgano de San Nicolás de Requena.
    • Jaime de la Fuente construye en 1773 el órgano de la iglesia de Santa María de Requena por 14.000 reales.

    El catastro de Ensenada nos informa de lo siguiente:
    A Joseph de Fuentes como ocupado en componer órganos atendido su poco trabajo solamente le computan de utilidad al día tres reales

    Parece ser que hubo otro organero en Mira llamado Francisco Rochero, a quien se le otorga la construcción del órgano de Olmeda del Rey.


    BIBLIOGRAFÍA:

    - Catastro Ensenada 1753. Archivo General de Simancas.
    Evolución del órgano español: siglos XVI-XVIII. Escrito por Louis Jambo
    - Cronología requenense y comarcal.
    - Algunos aspectos sobre la construcción de la iglesia de San Esteban de Albares. Siglo XVI a XVIII. Angel Mejía Asenjo


    El jarabe de hipofosfitos Salud


    A principios de los años treinta del siglo XX, aparece en diferentes periódicos nacionales un curioso anuncio publicitario. El producto es un jarabe de hipofosfitos de la marca Salud, especialmente indicado para mujeres embarazadas que quieren preparar el organismo para llegar al parto en perfecto estado. Para remarcar las positivas propiedades del tónico restaurador, en el anuncio aparece la opinión de un profesional de la medicina. Lo curioso del tema es que el médico en cuestión es un tal Manuel Cubells, médico de Mira (Cuenca).



    BIBLIOGRAFÍA:

    - Hemeroteca La Vanguardia, 9 de Septiembre 1932


    El molino de la Peña del Carro


    El molino de la Peña del Carro fue construido por Ángel Esteban en 1856, cuando recibe la conformidad de las autoridades para aprovechar las aguas del rió Mira para la construcción de un molino harinero a 2 kilómetros del pueblo, río arriba, en la fértil vega de Mira.

    Según Antonio García Cuevas en su trabajo “Los molinos hidráulicos harineros en la provincia de Cuenca “, en 1890, por compra-venta judicial, Hermenegildo Terrades Esteban adquiere el molino (En mi opinión creo que el nombre es incorrecto, pienso que debería de ser Hermógenes Terrádez Esteban).

    En el año 1925 se conocía como dueña a la tía Encarnación Palomares de Fez "La Coscorrona", teniendo de molinero al tío Francisco de Fuenterobles. También tenía un horno para cocer pan, así como huerta y granja.

    En 1936 se hace cargo del molino en calidad de rentero el tío José Valero Martínez con su mujer Victoriana Jiménez Armengol y sus cinco hijos.

    El año 1951 José Valero deja el molino y coge el molino de la piedad, quedándose en la Peña del carro su hijo, José Valero Jiménez hasta 1962, momento que fue desmontado y hundido.


    Fotografía actual de las ruinas del molino de la Peña del Carro

    El molino contaba con un par de piedras, limpia y cernido, con 4 metros de salto. La presa del molino tenía más de 800 metros de caz.


    BIBLIOGRAFÍA:

    - “Los molinos hidráulicos harineros en la provincia de Cuenca “ Antonio García Cuevas
    - La gaceta 1856

    El oro loco de Mira


    El oro de Mira es una curiosa y rocambolesca historia que se desarrolla en el siglo XVI, y que acabó llamando la atención de las autoridades locales de la época, hasta el punto de que en el mes de octubre de 1520, el Juez de Requena Diego de Almodóvar, toma declaración a todas las personas involucradas en el asunto con el objetivo de aclarar la historia.

    Del expediente redactado sabemos que la historia empieza en 1519, cuando un vecino de Mira llamado Pedro Hornero, encuentra en el paraje de la Calzada, lugar situado a media legua abajo de la población de Mira, un singular mineral de color dorado y plateado. En ese momento quizás nuestro personaje no sabe exactamente que hacer, y decide pedir ayuda a alguien de confianza. De esta manera aparecen en escena, Fray Juan, ermitaño de San Bartolomé de Utiel y el clérigo requenense Lope Ximénez, dejándose ver en la historia como intermediarios entre Pedro Hornero y un alquimista de Requena llamado Maximiliano de Recamonte.

    El profesional de la alquimia confirmaría tras unas supuestas comprobaciones, que el mineral gozaba de las condiciones necesarias para su conversión en oro y plata de la suficiente calidad. En ese momento Pedro Hornero, viendo la dificultad que conlleva la extracción del mineral, decide involucrar en la aventura a Juan Domínguez, Martín de Almaçan, Pero la Han, Miguel de la Rroda, Martín Sánchez y Hernán Martines, todos vecinos de Mira para que le ayuden a sacar y guardar el dicho metal.

    Aun teniendo la confirmación del alquimista de Requena, no se sienten seguros y deciden realizar una nueva comprobación. Esta vez recurren a un alquimista de la ciudad de Valencia y otro de Utiel, y los resultados no pueden ser más desfavorables. Los dos alquimistas coinciden en su valoración, el metal no vale nada, absolutamente nada. Imagínense la tremenda desilusión de aquellos hombres, como seguramente también las burlas socarronas de sus vecinos, pero es que ya lo dice un dicho popular ... no es oro todo lo que reluce.

    ¿Que mineral pudieron haber encontrado?
    En el territorio de la serrania yacen minerales de la familia de la calcopirita. Este mineral se puede confundir con el oro, al igual que la pirita, por lo que se la conoce vulgarmente como oro loco o oro de los tontos.

    BIBLIOGRAFÍA:

    - "Probanza hecha en Requena por el licenciado Diego de Almodóvar, sobre un mineral con oro hallado en el lugar de Mira Aldea." Archivo Histórico Nacional. Transcripción del documento realizado por Ignacio Latorre Zacarés.


    El sello de la Alcaldía Constitucional de Mira, 1876


    Como consecuencia de la iniciativa de D. Francisco González de Vera, Director del Archivo Histórico Nacional, de formar una Sección de Sigilografía reuniendo réplicas de sellos de las administraciones de época moderna para completar el estudio de los sellos medievales, más conocidos. En 1 de agosto de 1876, dirige un escrito al Director General de Instrucción Pública para que se lo haga llegar al Ministro de Fomento, solicitando una copia de los sellos utilizados por las corporaciones tanto civiles como eclesiásticas y organismos de la administración. Las instituciones propietarias debían remitir impresiones en tinta de los sellos en uso y también de los anteriormente utilizados que hubieran conservado. Aceptado el proyecto comienzan a recibirse en el Archivo los sellos, que en un número cercano a los 15.000 constituyen hoy la colección de sellos en tinta, que se guarda en la Sección de Sigilografía.

    Del ayuntamiento de Mira se recibió el siguiente documento:

    Sello que actualmente usa esta municipalidad.
    Empezó a usarse hará cosa de cuarenta años, cuando aun se dispuso por el gobierno. En lo antiguo no usaron sello los alcaldes ordinarios, ni requerimiento de esta villa, que tampoco consta hubiera unas especiales, ni se ven otras unas que las Reales en su Casa Consistorial, y esta en lienzo en el Salon de Señores, con alguna modificación de las que usaba en sus diplomas o cancillerías el Sr. Rey D. Carlos I, en cuyo reinado hubo el privilegio de Villada, y un exención de la antiquísima Villa de Requena, de la que fue aldea, desde el tiempo del Sr. Rey D. Alfonso el Sabio, quien para cederla la compró a la viuda de D. Gil Garcés que la obtenía en aquella época tubo armas. Naturalmente serían las de un Señor y no existe vestigio alguno, un recuerdo, para venir un conocimiento de cuales fueran.

    Es cuanto puede decirse acerca del sello origen y uso del sello, de que se acompaña.

    Mira 11 de Octubre de 1876

    El alcalde
    Remigio Sánchez


    BIBLIOGRAFÍA:

    - Sección de Sigilografía. Archivo Histórico Nacional


    Las casas del Charandel


    Justo en el punto donde el río del Narboneta o Henarejos vierte sus aguas en el río Mira, encontramos las casas del Charandel. Una parte de las casas están en el municipio de Enguídanos, la otra parte en el municipio de Mira.

    Para saber la historia de este lugar, primero debemos conocer el pasado de la familia Portillo. Don Esteban Portillo Cardos, se casó con Doña María Pacheco y Mendoza, natural de San Clemente y descendiente del Marqués de Villena. Instaló su domicilio en el Picazo, construyendo su casa en la calle de Alarcón, la que posteriormente fue casa parroquial.

    Doña María Juana Pacheco y Mendoza falleció el 18 de marzo de 1705. Dejó establecido en su testamento que se le enterrara en San Clemente en la Capilla de los Pacheco o donde establecieran sus albaceas. Su esposo decidió que se la enterrara en la iglesia de Motilla.

    De este matrimonio nació Don Francisco Portillo Pacheco, casado con Doña. Maria Luisa Carcajona Ruiz, natural de Requena. Don Francisco Portillo Pacheco probó su nobleza ante la Real Chancillería de Granada.

    En 1752, al realizarse el catastro de Ensenada, D. Francisco Portillo Pacheco había trasladado su domicilio a Motilla del Palancar, si bien continuaba viviendo en el Picazo, donde conservaba su casa y propiedades.

    D. Francisco Portillo Pacheco poseía numerosas propiedades, en San Clemente, Villanueva de la Jara y el Picazo, en donde, entro otras poseía 22 almudes de azafranar en la vega de abajo, entre el río y el camino de la Losa y varias cuevas de vino en la Capellanía.

    En 1757 construyó una capilla en la Iglesia del Picazo para el uso de su familia.

    En Motilla del Palancar D. Francisco Portillo poseía, por compra, el cargo de Alguacil Mayor vitalicio y era dueño de un mesón.

    De este matrimonio nacieron en el Picazo siete hijos: María Nicolasa, Ana María, Esteban, Francisco, Alonso, José y María Ana Portillo Carcajona. A finales del siglo XVIII la familia Portillo se trasladó a vivir en forma permanente a Motilla y Requena, si bien Don Francisco Portillo Carcajona seguía apareciendo como propietario en el Picazo en el año 1814.

    Francisco Portillo Carcajona vecino de Motilla compró las huertas de las aldeas de Fuencaliente, Barrio Calabaza, Barrio de Don Fidel, La Somera, Portichuelo, Panizar, Cañaveral, Fuente de la Higuera, Charandel y Cañavedija construyendo allí 35 nuevas casas y un gran estanque y plantando moreras para la cría de gusanos de seda y productos de huerta, estas tierras las dejo en heredad a los colonos, estas tierras eran muy fértiles y ricas ya que están bañadas por el rio Cabriel. De este modo creó una fortuna regular para sí y el bienestar de una infinidad de familias, entre las que distribuyó aquella heredad.

    Actualmente están bajo las aguas del Embalse de Contreras todas esas aldeas menos El Charandel y Cañavedija. El hecho de que el embalse de Contreras no haya subido hasta su capacidad máxima nos permite observar aún también en ruinas las aldeas de el Panizar, el Cañaveral y Fuente de la Higuera, principalmente.

    Las casas de “el Charandel” se trata de una pequeña aldea de hortelanos. Destaca por el uso de sus habitantes de las aguas del río Mira y del Narboneta o Henarejos. Por la aldea pasa una canalización artficial de agua para dar servicio a sus casas y para utilizarla con uso doméstico, para regar sus huertas adyacentes e incluso para producir electricidad. Aunque actualmente no se utiliza, un pequeño motor eléctrico aún en buen estado podría hacerlo pero se han decantado por la energía solar. Ya hace más de cincuenta años que se instaló esta minicentral hidroeléctrica que era movida por este cauce artificial desde el río Mira devolviendo sus aguas al río Narboneta en una caída de cuatro metros. Hasta hace bien poco se abastecían de electricidad las dos o 3 familias que aún quedan en este caserío (llegaron a vivir hasta 14 familias).

    En el margen derecho del río Narboneta y junto al camino que va junto a Enguídanos junto a Cabeza Moya se encuentran lo que fueron casas de peones camineros y de una posada que también alquilaba caballerías a quienes las precisaban para transportar sus mercancías a través del camino de grava aún visible a la izquierda del sendero (GR) rumbo a Levante. Se cruzaba el río Narboneta de escaso caudal (sin embargo muy bravo por el puente existente) y se cogía el camino que te llevaba a La Cañada de Mira y de ahí a Camporrobles, y también el ramal del antiguo camino de Fuentelahiguera, El Panizar y de ahí por el antiguo Camino de la Mancha a las casas del Alabú (en la frontera de Mira con la actual C. Valenciana, y umbral de la Plana de Utiel-Requena). Algo menos de 40 km hasta Caudete de las Fuentes.

    Existe en la Gaceta (antiguo BOE) un hecho anecdótico sobre esta aldea, fechado el 12 de Julio de 1836, que nos cuenta que el día 4 de Julio el comandante de la Guardia nacional de Mira, Don Antonio Fuentes Palencia, dio parte al Gobierno Civil de que el día 3, y a las diez de la noche, le avisaron de que en la casa del Charandel, sita en aquel término, y distante a dos leguas y media de aquella villa, se hallaban tres forajidos de el Campillo de Alto-Buey, pertenecientes a la gavilla de facciosos de Trones y Perejil (ilustres sobrenombres), y después a las hordas de Cabrera (durante las guerras carlistas), de las que se dispersaron para ocuparse a robar, cuya profesión habían desempeñado bárbaramente, conocidos con los sobrenombres de Pitorro, Garrafa y el Moreno. Actualmente regresaban a las facciones del tigre Cabrera; pero el bravo capitán, Palencia, que sin perder momento reunió 13 Guardias, frustró para siempre sus proyectos.

    Copiaremos íntegras las expresiones que describen íntegras las capturas de los tres facciosos: Llegué al sitio (dice este patriota) y tuve la paciencia de estarme con mi gente emboscado por espacio de cinco o seis horas, hasta que los ví que entraban en dicha casa; entonces me arrojé sobre ellos cercando la habitación en que se hallaban; uno de ellos (Moreno) echó a correr, y arrojándose un Guardia sobre él se rindió, más visto y oído por él que se hacía fuego a sus compañeros, que no querían rendirse, se levantó, y a la voz de viva Isabel II un nacional le dio un golpe en la cabeza, hasta que se rindió; y después lo hicieron sus compañeros con bastante repugnancia; ésta ha sido la felicidad de mi expedición con la captura de estos tres vándalos que tenían aterrados día y noche a los pasageros

    ¿De donde viene el nombre del Charandel?
    Lo desconozco, aunque sabemos que a principios del siglo XIX era conocida una danza de bolero ejecutada por varios danzantes. Esta variedad se conoció con el nombre genérico de "Boleras" y también como del Charandel. Seguramente relacionado con el baile, encontramos una canción en tiempos de la Guerra de la Independencia que decía lo siguiente:

    “Quien quiera un destino de Napoleón
    que le de memorias de lord Wellington.
    ¡Olé charandel! Napoleoncito,
    ¡Olé charandel! no lo veremos,
    ¡Olé charandel! pues algunas cuentas
    ¡Olé charandel! que ajustar tenemos.”


    Por otra parte, José Saíz Valero sugiere que la etimología del Charandel podría relacionarse con saranda 'especie de criba' (de donde el castellano y gallego zarandear y sarandear); por lo que quizás podría referirse a algunos objetos o artilugios existentes en el lugar para aventar el trigo o cereales en general.
    A partir de aquí que cada uno imagine la hipótesis que más le guste.



    BIBLIOGRAFÍA:


    - “El Charandel, los Portillo, y otras curiosidades” Autor José Saíz Valero.


    La horca y la picota

    Una de las primeras actuaciones habituales de los municipios recién constituidos era representar sus nuevas facultades jurisdiccionales con la erección de la horca y la picota, como hizo la villa de Mira nada más segregarse de Requena en 1537.

    ¿Qué es exactamente la horca y la picota?


    La horca



    La horca es el método de ejecución mediante estrangulamiento más utilizado a lo largo de los siglos. Presente ya en la antigüedad y citado en la Biblia, presumiblemente fue de utilización posterior al estrangulamiento mediante las manos, a partir del momento en que los homínidos empezaron a manipular utensilios como los pedernales y las lianas, ampliando así su capacidad agresiva.

    En España, la horca es el método de ejecución más común hasta el año 1832, momento en que es sustituida de forma sistemática por el otro método de estrangulamiento, el garrote (hasta entonces se usaban los dos métodos de ejecución). Por esto la situación descrita por Cervantes cuando Don Quijote y Sancho Panza se despiertan debajo de un árbol del que cuelgan unos cuantos ahorcados, es de un gran realismo. La escena no es ninguna muestra de la fantasía del autor de El Quijote, sino un fiel reflejo de la realidad imperante allá a principios del siglo XVII en España:

    "No tienes de qué tener miedo, porque estos pies y piernas que tientas y no ves sin duda son de algunos forajidos y bandoleros que en estos árboles están ahorcados; que por aquí los suele ahorcar la justicia cuando los coge, de veinte en veinte y de treinta en treinta; por donde me doy a entender que debo de estar cerca de Barcelona."


    La picota


    Las picotas son columnas de piedra más o menos ornamentadas, sobre las que se exponían los reos, las cabezas o cuerpos de los ajusticiados por la autoridad civil.

    La pena de exhibición en la picota aparece ya legislada en el siglo XIII, en el libro de Las Partidas, de Alfonso X, considerándose la última de las penas leves a los delincuentes para su deshonra y castigo.

    La picota fue utilizada en Portugal, Sudamérica y también se extendió a casi en toda Europa, siendo utilizada para la aplicación y ejecución de la pena impuesta al condenado en épocas entre los siglos XIII y XIX aproximadamente.

    La Picota era emblema de que la población era villa y no aldea, que tenía jurisdicción civil y criminal, que disponía de alcaldes propios que juzgaban en primera instancia los delitos, sirviéndose de ellas para dar publicidad a la ejecución de las penas corporales.

    Las picotas se levantaban previa autorización Real, cuando se concedía el título de villa, aunque tuviera esa característica se cambiaba o se establecía la jurisdicción de la misma. Una vez realizada la concesión real otorgada mediante documento público, el monarca delegaba en un juez, quien reunía a las autoridades y vecinos del Concejo dando lectura al Privilegio Real y se nombraba al alcalde, justicias y demás cargos públicos de requerimiento vecinal, designando los lugares públicos y procediendo al deslinde y amojonamiento del término propio de la nueva villa, con asistencia de los pueblos colindantes. Posteriormente se procedía al alzamiento del símbolo jurisdiccional, la picota.

    Por las leyes liberales de comienzos del siglo XIX, en las Cortes de Cádiz, por Decreto de 26 de mayo de 1813, se ordena derribar las picotas. En muchos lugares no llegaron a derribar. Otras picotas se salvaron al ser cristianizadas al haber sido colocada una cruz de hierro en la cúspide o reutilizadas como fuentes. 25 años después, por Decreto de 25 de enero de 1837, la Reina Gobernadora Maria Cristina, en nombre de la Reina Isabel II restablecía el Decreto anterior.

    ¿Donde estaba la picota de Mira?
    Lo desconozco, muchas veces la picota era colocada en la plaza principal del pueblo, en Mira pudo ser en la actual plaza de la Villa. Otras veces se prefería construirla en una zona bien visible en la entrada del pueblo, para que quedara claro a los visitantes del poder civil y criminal de la villa.


    BIBLIOGRAFÍA:

    - http://www.amnistiacatalunya.org/edu.../pm-horca.html

    - http://es.wikipedia.org/wiki/Picota_(columna)


    El molino de la Tía Carolina


    Aparte de conocerse como el molino de la Tía Carolina, también se le conocía popularmente con el nombre del molino del tío rojo.

    Se desconoce la fecha de su construcción exacta, pero pudo ser a finales del siglo XIX. El primer propietario conocido es Francisco Terrádez Ortiz. Años más tarde el molino pasaría en propiedad de Nicolás Terrádez Esteban y su esposa, Carolina Terrádez Huerta.

    Según la memoria histórica familiar, el molino de la Tía Carolina fue el primero en montar un generador eléctrico, convirtiéndose en la primera familia del pueblo en tener luz eléctrica. Posteriormente varios vecinos del pueblo pudieron conectarse al molino y tener luz eléctrica a cambio de una tarifa periódica.

    Al lado mismo del molino, la familia Terrádez disponía de una tahona (horno), establecimiento donde se hacía y se cocía el pan. Gran parte de las tareas del horno eran realizadas por las hijas del matrimonio: Amparo, Rosario y Leonor.

    Nicolás Terrádez Esteban moriría a poco de iniciarse la guerra civil española, recayendo la responsabilidad del molino en sus hijos: Saturio, Francisco y Nicolás Terrádez Terrádez.

    A finales de los años 40, Francisco Terrádez Terrádez, el hijo que heredaría el molino, lo desmotaría para montar uno nuevo en la población de Henarejos, poniendo fin a la historia del molino.

    Localización
    En la actualidad podemos reconocer gran parte de la estructura original tanto del molino como el horno en el número 30 y 32 respectivamente de la calle del Río, a pocos metros del puente de ladrillo. El molino de la Tía Carolina junto con el Molino de la Tía Vicenta (molino eléctrico), fueron los dos únicos molinos que estaban situados dentro del casco urbano del pueblo.

    Infraestructura
    La infraestructura del molino empezaba con un embalse que se encontraba a pocos metros río arriba del puente de ladrillo (puente que todavía existe), esta presa servía para desviar una parte del caudal hacía un caz o canal para conducirlo hasta el molino. El puente de ladrillo contaba con cuatro ojos (actualmente este cuarto ojo está tapado) y el agua pasaba por el primer ojo que se encontraba en el extremo de la calle del Río. Después el canal pasaba por debajo de la casa conocida como “la obra”, edificación que todavía existe al lado del puente (Imagen 4). A continuación el caz o canal seguía descubierto hasta el horno, donde volvía a pasar por su parte inferior para acabar en el molino (Imagen 4). Una vez que la fuerza del agua hacía mover las piedras, esta volvía a salir al exterior para unirse de nuevo al río en el punto justo donde existía antiguamente un pequeño puente de madera (Imagen 1, 2 y 3)




    Imagen 1. En la siguiente fotografía vemos el horno o Tahona en el extremo derecho, a su lado está el molino. En la imagen se puede observar unas columnas que mantenían la infraestructura del horno, la razón es que el caz o canal de agua pasaba justo por debajo. La fotografía es de 1970, en ese momento el molino ya había dejado de funcionar desde hacía tiempo.


    Imagen 2. En esta imagen de 1919 podemos ver en la parte de la derecha, el caz o canal que provenía del molino, este se unía al río justo donde estaba el antiguo puente de madera.


    Imagen 3. Diferente perspectiva donde se ve la unión del caz con el río, y incluso se puede apreciar al fondo la salida del agua del molino.


    Imagen 4. En la imagen podemos ver el puente de ladrillo en el extremo derecho, a su lado la casa conocida como “la obra”. El caz o canal pasaba por debajo y seguía después descubierto hasta el horno.


    El Molino de la Tía Carolina en 2D, vista1


    El Molino de la Tía Carolina en 2D, vista 2




    BIBLIOGRAFÍA:
    - “Los molinos hidráulicos harineros en la provincia de Cuenca”. Antonio García Cuevas.
    - “Mira, un siglo de historia 1875 – 1975". Ayuntamiento de Mira.
    - Catastro Ensenada 1753. Archivo General de Simancas.
    - Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (1846-1850) - (Tomo XI, página 427).
    - Diccionario geográfico y estadístico de España y Portugal (1827).


    La peste y la ermita de San Roque de Mira


    En el imaginario colectivo, la peste era quizás la más terrible de las epidemias que podían acaecer en su tiempo y no sin razón, puesto que fue la catástrofe de mayor envergadura que afectó a la Europa medieval y parte de la época moderna. Se le llamó la "muerte negra".

    La peste es originaria de Asia, concretamente de la zona del Himalaya y el Extremo Oriente. Seguramente serían las caravanas comerciales procedentes del Lejano Oriente con destino en el Mar Negro las que traerían la enfermedad a Europa donde se dio la primera y terrible epidemia en 1348. La causa de la peste se descubrió muy tardíamente, en 1894 y fue atribuida al bacilo "Pasteurella pestis" o "Bacilo de Yersin" (nombre del descubridor). El elemento portador siempre se le ha adjudicado a la rata negra, aunque en realidad es la pulga de la rata la que propaga el bacilo. Esta pulga la podía portar también el conejo, la ardilla, liebres, ratones, etc. lo que generaría la llamada "peste rural". La respuesta del sistema inmunitario era a base de bubones en ingles, axilas y cuello lo que le otorgaría el nombre de "peste bubónica". Otra manifestación era la "peste neumónica" que era cuando la bubónica se complicaba con localización pulmonar. Los efectos de la peste se manifestaban en los humanos en forma de hemorragias internas, vómitos, fiebre elevada, tos y generalmente crisis cardíacas que podían llevar a la muerte en una semana. Las cifras de mortandad entre infectados eran de un 60%.

    Ante la falta de remedios médicos, la gente del medievo y del inicio de la modernidad se encomendaban hacia aquellos santos que tenían fama de preservar de la peste. Santos Job, San Roque y San Sebastián eran los abogados contra la peste más recurridos.

    En Mira por un documento de 28 de septiembre de 1532 que se custodia en el Archivo Municipal de Requena encontramos un perfecto ejemplo de la vinculación entre San Roque y la peste. Es una carta dirigida de la por entonces aldea requenense de Mira al Concejo:

    "Nobles Señores: Miguel Martínez como regidor del lugar de Myra y en nombre del dicho lugar digo que en el dicho lugar ay una ermita y avocación del Sr. Sant Roque y por necesidad de las pestilencias pasadas juramos los vecinos del dicho lugar de guardarle su festividad y edificarle la dicha ermita que está comencada a hacer y al presente para esta buena obra no ay de donde se pueda proveer si no es vendiendo la redonda del dicho lugar a lo cual todo el pueblo consiente e lo a por bueno, por tanto a V. M. pedimos lo tengan por bien por amor del Sr. Sant Roque por este año para lo cual y en lo necesario imploramos su noble gracia e lo pedimos por testimonio. El Sr.Sigüenza (firma) ". 

    Es decir, Mira por una peste pasada decide edificarle una ermita y dedicarle una festividad a San Roque, para lo cual solicitan venderle la "redonda", es decir, una especie de dehesa que era un recurso muy importante para el Ayuntamiento.

    ¿Donde estaba ubicada la ermita de San Roque?
    La antigua ermita se encontraba situada donde actualmente está la plaza de toros.

    Documentos donde se menciona:

    Catastro de Ensenada 1753: 
    "En el termino de esta villa existen siete hermitas con las adbocaciones de Nuestra Señora de la Piedad, Santa Luiteria, San Sebastian, San Roque, San Vicente, San Agustin y San Pedro, tambien un santuario nombrado de Nuestra Señora de Cueba Santa,.”

    Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar de 1845-1850:
    ...la población de Mira tiene varias ermitas con la advocación de San Roque, San Agustín, San Pedro, la piedad, Fuencaliente y Cueva Santa; esta última notable por ser un subterráneo con una hermosa columnata formada por las estalactitas que han producido las filtraciones de las aguas.”

    Partido Judicial de Cañete, 1943:
    “Saqueo, destrucción y quema de todos los objetos existentes en la ermita de San Roque durante la guerra civil.”
    El consultor Conquense, 1893:
    “… y las ermitas de San Agustín, San Roque y la Piedad, muy distante la Cuevasanta.”


    BIBLIOGRAFÍA:

    - Venta del Moro en la peste de 1557 (L.n.25) Autor: Ignacio Latorre Zacarés.
    - Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (Tomo XI, página 427).
    - Catastro Ensenada 1753. Archivo General de Simancas.


    El poder municipal en Mira, del siglo XVI al XIX


    En aquellos tiempos el órgano de poder municipal se llamaba concejo. Estos podrían ser abiertos o cerrados. En el primero participan todos los vecinos, en el segundo participan solamente los regidores. Parece ser que en Mira se utilizó tanto un sistema como el otro.

    Durante la Edad Moderna (siglos XV hasta el XVIII), los encargados de dirigir la vida municipal eran los alcaldes ordinarios y los regidores.

    Alcaldes ordinarios:
    Los alcaldes ordinarios, eran conocidos también como justicias. Tenían como funciones principales la de jueces de primera instancia en el pueblo, mantener el orden, presidir el Ayuntamiento, atender la administración municipal, y recaudar las contribuciones con la ayuda de los regidores. El número de alcaldes era de dos, y para poder ser nominado alcalde de una villa o lugar, había que ser varón y mayor de 20 años (“mayor de veinte años debe ser aquel a quien se otorgare poderío para juzgar”). La mujer sólo podía juzgar si era reina, condesa o señora jurisdiccional. El resto de los mortales no podía ejercer tal función. Entre los varones existían algunos impedimentos para el cargo: ser mudo (no podría preguntar a las partes), sordo, ciego (“ni los verá ni los sabrá conocer”) o religioso (“porque sería sinrazón que a el que desamparó el mundo le diesen a oír y librar los hombres”).

    El primer alcalde ordinario de Mira que he podido encontrar es Marco Valero, en 1539.

    Regidores:
    Por su parte, los regidores eran los encargados del abastecimiento de la población, de la administración de los intereses económicos del municipio y colaboraban con los alcaldes en la cobranza de las contribuciones y repartimientos.

    Hasta el año 1586, los regidores eran renovados cada uno o dos años, pero en dicho año, 1586, Felipe II vende el cargo de regidor a perpetuidad. Desconocemos si se dieron casos de compra en Mira.

    Los regidores, al controlar la economía municipal, podían obtener unos buenos beneficios económicos y es precisamente la búsqueda del beneficio propio lo que llevaba a invertir una importante suma de dinero en la compra del cargo. De esta manera se podían apropiar tanto de las rentas del patrimonio municipal. Asimismo, al encargarse de la recaudación y distribución de las contribuciones reales podían cometer irregularidades que les beneficiasen.

    El cobro de dichas contribuciones se realizaba mediante los "encabezamientos", de modo que a cada pueblo se le subscribían al pago de una cantidad global fija, encargándose los alcaldes y regidores de la distribución entre los vecinos de la recaudación, lo que les permitía eximir o rebajar la cantidad de dinero a pagar por ellos, sus familiares o conocidos, y al mismo tiempo recargar su parte al resto de los vecinos.

    Los perjuicios que producían al vecindario la propiedad particular a perpetuidad del cargo de regidor eran evidentes, por lo que en 1596 el monarca permite a los aldeanos la recompra de los cargos de regidores perpetuos, para que vuelvan a ser anuales.

    El número de regidores existentes en Mira era de dos. El regidor más antiguo documentado es Miguel Martínez, en 1532.

    Diputados:
    En el Ayuntamiento de Mira, junto a los alcaldes y regidores, vamos viendo aparecer en el tiempo a representantes de los vecinos, que asistirán a las sesiones del Ayuntamiento para defender sus intereses de los abusos que pudieran cometer los encargados del Gobierno Municipal.

    Así desde al menos el año 1573, en el concejo de Mira hay Diputados del Común, quienes se ocupaban del control de los abastos, vigilando que no se vendiera nada pernicioso para la salud o con un precio indebido, por lo que se les puede considera verdaderos defensores del consumidor. Estos primeros diputados del común fueron Pedro Crespo, Bartholomé Hornero, Martín Domínguez y Andrés Cavanel el Viejo.

    Procurador síndico:
    El órgano más tradicional de representación popular de los ayuntamientos es el Procurador Síndico General, cargo municipal equivalente al "defensor del pueblo", ocupándose especialmente de la cuestión de los abastos, tanto en cantidad y regularidad como de sus precios. En algunos lugares se denomina este cargo "Procurador personero o del Común". Este cargo se hizo tanto más necesario cuanto en muchos casos los alcaldes eran designados por el señor jurisdiccional y no elegidos por los vecinos; si a ello se unía que los cargos de regiduría habían sido frecuentemente objeto de venta (siendo disfrutados vitaliciamente e incluso dejados en herencia), o recaído la titularidad en forasteros, se comprenderá el hecho de que se considerara preciso designar a algún vecino en representación de los intereses generales. Esta procuraduría se ejercía por períodos de dos años. El primer procurador que tenemos constancia en Mira lo ocupó Juan Martínez, en el año 1573.

    Cambios administrativos:
    Con el régimen constitucional nacido de las Cortes de Cádiz en 1812, se produce el transito a la Edad Contemporánea Española, originándose una serie de cambios administrativos que afectaran a la vida municipal.

    El alcalde deja de ser la "justicia" de los pueblos, limitándose a ser un "juez conciliador"; es el presidente del Ayuntamiento y el principal responsable del orden público.

    La restauración en el trono de Fernando II tras la Guerra de la Independencia, supone una vuelta a los antiguos modelos hasta que, en el año 1820, se vuelve a imponer por la fuerza el régimen constitucional.

    Ayuntamientos absolutistas:
    En 1823 se restableció el poder absoluto de Fernando VII, por lo que todos los ayuntamientos constitucionales fueron anulados y sustituidos por ayuntamientos absolutistas.

    Con la muerte de Fernando VII en 1833 se acababa definitivamente con el sistema absolutista, iniciándose un largo período de alternancias políticas que se dilata todo el siglo XIX, y que afectarán directamente a la configuración de los ayuntamientos.

    Modelo actual:
    Sin detenernos en las diferentes formas de entender los ayuntamientos ni en su plasmación, señalaremos que será la ley municipal de 1877, la que establezca básicamente el modelo de ayuntamiento que actualmente conocemos, formado por concejales y un alcalde elegido entre los concejales, que será la cabeza de cada ayuntamiento, los tenientes de alcalde serán los sustitutos del alcalde.


    Lista de algunas personas en el gobierno municipal de Mira (XVI - XIX)

    1532:
    Regidores: Miguel Martínez

    1538:
    Alcalde ordinario: Marco Valero
    Síndico Procurador: Martín Gomez

    1543:
    Alcalde ordinario: Martín Gomez

    1573:
    Alcaldes ordinarios: Sevastián de Erive y Pedro Garçía
    Regidores: Miguel Castellano e Marco Domyngo
    Síndico Procurador: Juan Martínez
    Diputados: Pedro Crespo, Bartholomé Hornero, Martín Domínguez y Andrés Cavanel el Viejo


    1627:
    Alcaldes ordinarios: Diego Ruíz y Vicente García.



    1646:
    Alcaldes ordinarios: Francisco Campillos y Mateo Sánchez Conde
    Regidores: Martín Ruiz de Almaçan

    1737:
    Alcaldes ordinarios: Pedro Ruiz y Estevan Navarro
    Regidores: Pedro Caballero y Juan Domínguez
    Síndico Procurador: Vizente Garzía Galiano
    Diputados: Jayme de Fuentes, Joseph Sánchez Ferrer, Joseph Sierra y Domingo Sánchez

    1753:
    Alcaldes ordinarios: Esteban Navarro de Esteban y Pedro de Fuentes
    Regidores: Pedro Caballero y Salvador Berlanga.
    Síndico Procurador: Francisco Nabarro Lorza


    1800:
    Alcalde ordinario: Jayme Fuentes García.



    1804:
    Alcaldes ordinarios: Juan Martínez Domínguez
    Sindico: Manuel García Albaladejo


    1848:
    Regidor: Marcelino Sierra Guadalajara


    1857:
    Alcalde: Hilario Sánchez
    Regidor síndico: Manuel López


    1876
    Alcalde ordinario: Remigio Sánchez


    BIBLIOGRAFÍA:

    - Las ordenanzas de Mira de 1737
    - Catastro Ensenada 1753. Archivo General de Simancas
    - "Lo de Mira": De concordias, diferencias, pleitos y segregaciones: Las relaciones entre Mira y Requena en el s. XVI (Revista "Oleana: Cuadernos de Cultura Comarcal" nº 23) Autor: Ignacio Latorre Zacarés
    - Gaceta (antiguo BOE)
    - Adulterio y derecho de asilo en castilla. El suceso de Mira. José Alabau Montoya.

    - Archivo histórico provincial de Cuenca.
    - Archivo histórico nacional.

    - Alcaldes de Aldeanueva (s.XVI-s.XX).